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Daniel A. Carrión nació en Chaupimarca-Perú en 1858. Fue un estudiante de medicina de la única facultad de medicina de ese entonces, San Fernando-Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

En 1870 se inició la construcción del tren entre Lima-La Oroya. Muchos trabajadores foráneos llegaron a trabajar cuando se inició la epidemia de una enfermedad caracterizada por fiebre y anemia. Miles de trabajadores murieron con la enfermedad la cual recibió el nombre de Fiebre de la Oroya.

En aquel tiempo, otra interesante enfermedad: Verruga Peruana atrajo la atención de médicos y estudiantes de medicina.

En 1885, Evaristo Chávez, a pedido de Carrión, le realizó una inoculación de la secreción de una verruga de un paciente con Fiebre de la Oroya. Después de 21 días de la inoculación, no mostró signos de verruga, pero inició los primeros síntomas de fiebre de la Oroya: fiebre y anemia. El 5 de octubre de 1885, Carrión murió. El, como otros, propuso que ambas enfermedades compartían el mismo origen. En pocos años, Carrión fue reconocido como mártir de la medicina peruana y el término enfermedad de Carrión fue usado hasta nuestros días.

En 1909, Alberto L. Barton, anunció el descubrimiento del agente etiológico (bacilo de Barton) el cual fue llamado Bartonella bacilliformis.